Esta semana aprovechando
una ligera tregua que nos dieron las últimas lluvias me llegue hasta la
Catedral, para mí (seguramente, abusando
de orgullo patrio, una de las más
bonitas de España). Siempre me ha atraído
su entorno y esas calles aledañas que nos retrotraen a otras épocas pasadas, a
aquel viejo burgo medieval y barroco que
se extendía por ellas. No es difícil sentir
la intemporalidad del lugar si vais por allí un día de esos tan
nuestros, donde la lluvia fina cae de forma persistente o tal vez uno de
aquellos en que los que la densa niebla
que sube del Miño apenas deja atisbar
las formas del viejo templo y los
antiguos pazos.
Cuando leí la
Regenta pensé que esa historia ambientada en aquella provinciana “Vetusta” decimonónica bien podía haber
ocurrido aquí, entre esas calles, donde el poder y la influencia del cabildo
catedralicio era tan importante. Si las paredes del templo hablasen seguro que
nos contarían muchas historias de Fe, pero también de ambición y rivalidades
clericales, donde evidentemente no faltarían
episodios de amores prohibidos entre algún confesor y alguna Ana Ozores
de la época. No es un capricho de mi mente, me consta que en algunas aulas de facultades de Lugo se invitaba a que los alumnos buscasen similitudes entre la
Vetusta literaria y nuestra ciudad.
A menudo, cuando paso frente al pórtico que cubre la
puerta Norte sonrio al recordar algo que
relataba Don Ángel Fole sucedido allá por los años veinte del siglo pasado. Lo
transcribo:
Le anda dando vueltas en la cabeza a la idea de
fundar un Museo Arqueológico Diocesano, idea que consigue llevar a la práctica
dos años después.
Va pensando en eso al pasar por delante del Pórtico norte
de la Catedral
Un hombre se va a cruzar en su camino. Pues no es
nada menos que ese hombre que por veces, tripula una motocicleta….el
protestante de Lugo que tienta y tienta a ver si pueda fundar aquí una capilla evangélica.
Don Luis no resiste la tentación de increparle
_ Escúchame un momento, apóstata…Entra en el templo
y pídele perdón a María Santísima por haber renegado de la Fe recibida..
¡Póstrate a sus pies, Hereje!
El pastor protestante:
_ ¡Sella tus labios, idólatra!..No creo en la diosa
de Roma.
A mi me hubiera encantado ver discutir a esos dos.
No hace mucho
que podemos entrar a la Catedral y eso que no había grandes barreras que eliminar, sólo un buen escalón
pero que con una sencilla rampa se salvaría. Pero ahí nadie se movía, aletargados estaban durmiendo el sueño de los justos, algo
por otra parte propio de la época en muchas personas con capacidad de decisión,
con hábito y sin él.
Recuerdo que
un buen día nos entrevistamos y negociamos con el Deán del Cabildo el tema del
acceso mi compañero Manolo y yo. El
hombre estaba de acuerdo , pero …¿Quién pagaba la boda?..La Iglesia, según
afirmó seriamente, tenía sus arcas vacías y ¡¡ no podía afrontar obra de ingeniería tan
ingente y costosa!!!...y sutilmente nos dijo…vayan ustedes al Ayuntamiento..A
ver si se hacen cargo de los gastos
Y para allá
nos fuimos otro día y el Concello asumió su importe sin excesivos problemas.
Eso sí, cuando fue por allí la brigadilla de obras municipal, tuvieron que
darse la vuelta porque no se qué otra petición se habían sacado de la chistera.
Lo que no hay
por donde cogerlo es el atrio de entrada, las losas de granito están muy
machacadas por el paso de los años y los rigores del tiempo y hacen que avanzar
por ellas con nuestras sillas se convierta
en una tortura para piernas y riñones. Pero rehabilitar el atrio o parte de él
supone un gasto elevado, La Iglesia dispone de fondos que percibe por el tanto
porciento cultural que le da el Ministerio de Fomento. Nosotros ya lo hemos
planteado, veremos que da de sí el tema……aunque mucho me temo que poco.
Yo soy un enamorado del Claustro de la Catedral, obra de Fernando de las Casas, el mismo arquitecto que realizó la fachada del Obradoiro de la Catedral de Santiago, y en él me he pasado bastantes horas. Hasta no hace mucho “el guardián” era un cura con un cierto pensamiento ultramontano. A mí me conocía de toda la vida puesto que me había dado clases y de paso alguna leche también.
Yo soy un enamorado del Claustro de la Catedral, obra de Fernando de las Casas, el mismo arquitecto que realizó la fachada del Obradoiro de la Catedral de Santiago, y en él me he pasado bastantes horas. Hasta no hace mucho “el guardián” era un cura con un cierto pensamiento ultramontano. A mí me conocía de toda la vida puesto que me había dado clases y de paso alguna leche también.
Pero cada vez que iba no parecía recordarme y al verme llegar trotando con mi carro siempre tenía la misma pregunta . “pero hijo, ¿Qué te ha ocurrido?” y normalmente tenía para mí una frase "consoladora", relacionada con los deseos del divino hacedor
Un día me
dijo: "Pues bendita sea la cruz que Dios te dio porque ella te va abrir de par
en par las puertas del cielo,..... a lo que yo compungido por el peso de su espiritual axioma , viviendo ese momento de éxtasis
que me transmitía con su mirada y que hubiera debido inmortalizar un genio similar al de Bernini, respondí:
Ya padre... ¡¡pero
podía haber sido un poco menos generoso y haberme dejado unas cuantas décadas en
el purgatorio!!
Un amigo
argentino que venía conmigo, con la seriedad propia del momento me cuchicheo al
oído..¡¡Viste ...¡y si el cielo no es accesible!! ¡¡jodido te veo durante toda la eternidad!!.
E inmortalizo
aquel encuentro en esa viñeta
Un saludo
Quili
Es que tu amigo escuchó a Led Zeppelin y ahí nomás se quedó. Otro amigo argentino te dice: "No te calentés Quili, tomémonos unos mates y esperemos el ascensor. Que San Pedro no es de los que amarrocan el mango"
ResponderEliminaramarrocar la guita o el mango=cuidar el dinero
Seguro que si, pero así fueron las cosas amigo. Un abrazo y da recuerdos
ResponderEliminar