Es verdad que
no puedo decir que yo sea una de esas personas que viven y disfrutan la Navidad
con una intensidad o emoción especial pero tampoco estoy en el grupo contrario,
el de aquellos que dicen odiar la Navidad. Las vivo según vienen, como cualquier
otra época del año, aunque bien es
verdad que por ejemplo me llenan muchísimo más los primeros días de la
primavera, cuando la naturaleza y la
vida se abren de nuevo
camino después del largo invierno.
Lejos de la
fiebre consumista de estos días, de los buenos deseos de paz y amor que todos
nos intercambiamos y de la alegría más o
menos generalizada de la gente, hubo un
tiempo y un lugar donde el espíritu de la Navidad, al que se añoraba pero nadie
esperaba, se manifestó como muy pocas
veces había ocurrido. Fue algo milagroso que marcó a las personas que lo vivieron
para toda su vida. Ocurrió hace justo 100 años en los campos de Flandes, en Bélgica
durante la Primera Guerra Mundial.
24 de diciembre
de 1914. Meses después del asesinato de Sarajevo el mundo estaba descubriendo
la locura de esta nueva guerra, que
superaba infinitamente todo el horror y el dolor que los seres humanos podían concebir.
Cerca de Ypres Cansados y helados de
frío jóvenes ingleses y franceses se
enfrentaban contra alemanes y turcos en una interminable guerra de trincheras
La noche era
gélida, había caído una densa nevada y
empezaba a helar, una fuerte ventisca azotaba la llanura haciendo que el ulular
del viento se oyera con intensidad, mucho más esa noche en que parece ser que
tanto la artillería de un lado como la del otro permanecía en silencio
El pensamiento
de los soldados estaba muy lejos de allí, en sus hogares, añorando a sus
mujeres, familias y amigos. La melancolía se adueñaba de las trincheras,
parecía que esa Nochebuena iba a ser la peor de sus vidas.
En el silencio
de la noche se empezó a escuchar el célebre
villancico “Noche de Paz”, lo estaban entonando soldados alemanes y sus voces llegaban claramente a las
trincheras inglesas donde de manera espontanea también lo empezaron a cantar.
Los ingleses por su parte les pidieron a los alemanes que
salieran de sus refugios hacia la “tierra
de nadie”, prometiéndoles que no se abriría fuego. Y así fue como comenzó a
gestarse el milagro de aquella Navidad, cuando sobre el hielo de aquella
llanura belga, con la emoción del momento pero también con la tensión ante lo
que pudiera ocurrir, ingleses, franceses y alemanes empezaron a saludarse y estrechar
sus manos.
Comenzaron a intercambiar cigarrillos y chocolate, a
hablar y mostrarse fotos de sus respectivas familias mientras la noche avanzaba.
También se tomaron decisiones como la de enterrar a sus muertos y asistieron conjuntamente
a oficios religiosos de ambos bandos
La mañana del
25 amaneció fría pero soleada. Un soldado escocés apareció con un balón de futbol y en poco rato, sobre
aquel manto helado que era la “tierra de
nadie” se delimitó un campo donde una sucesión de cascos amontonados unos sobre
otros a modo de postes señalaban las porterías.
Enemigos que
el día anterior intentaban matarse unos a otros disputaron un partido de futbol
donde todo el mundo respeto las reglas y no hizo falta árbitro. Ganaron 3-2 los
alemanes.
Luego, cuando
los altos oficiales empezaron a enterarse de lo que estaba ocurriendo en ese
sector obligaron a los hombres a volver a las trincheras e incluso cambiaron su
ubicación en la línea del frente, sabedores de que pudiera ser que no fueran capaces de volver a
disparar sobre esos enemigos con los que habían compartido esa Nochebuena.
Fue un
verdadero milagro de la Navidad.
Recientemente
un spot de una marca de chocolates inglesa que ya se consumía en aquel tiempo
recupero este acontecimiento. Aquí está el enlace
FELIZ NAVIDAD
Quili
También existe, rememorando este curioso momento, una canción escrita por Paul McCartney en el año 1983. El tema se llama "Pipes for peace". Hizo un video y está muy lindo. Además de la anécdota del partido de fútbol incorpora una "posibilidad histórica" muy graciosa.
ResponderEliminarhttps://www.youtube.com/watch?v=wEZM2Ts8QKA
Un abrazo Quili. Feliz navidad para ustedes también.
Muchas gracias amigo. un fuerte abrazo navideño
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