viernes, 17 de julio de 2015

Aquel lejano 17 de Julio

 
Publicado por el diario El Progreso de Lugo el 17 de Julio de 2015

Hace 79 años Lugo amanecía  tranquilo, envuelto en  el universo  propio de una ciudad, como se decía entonces “de provincias”, alejada de todas aquellas otras llenas de bullicio, ruidos y actividad política. Como en muchas otras localidades de la geografía española todavía seguían los lucenses  conmocionados por el asesinato de Calvo Sotelo el día 13, preguntándose ¿A dónde iremos a parar?, y  con la sensación de que “algo” podría ocurrir.
Pero era verano, el sol brillaba y se avecinaba un día caluroso. Además  eran fechas de rebajas lo que propiciaba que las jovencitas lucenses  (y no tan jóvenes) visitaran los almacenes Olmedo donde se anunciaba la quincena de la seda, del 6 al 20 “para todos los gustos..para todas las fortunas” , y seguramente se harían cábalas entre ellas sobre cómo sería esa nueva tienda que iba a abrir sus puertas próximamente frente al  Ayuntamiento y  que tanto anunciaba  El Progreso, “La moda de Paris”.

 
El elemento masculino mientras  paseaba, por la calle de la Reina y a la hora del chateo, como cada día,  se dejaría caer por los bares y tabernas  de  la calle de la Cruz y la Plaza del Campo para disfrutar de los tintos de la provincia y  comentar  como serían esas “modernas maquinas” que en El Garaje Villares, frente a la puerta de San Pedro ofrecían cambio de engrases y lavados a presión.
También, al igual que ahora, le gente más “chic” se sentaba en las terrazas de la llamada en aquel entonces Plaza de la República donde el café bar” la terraza” servía para los paladares más finos vinos de Rueda y de Montilla, además de cervezas y refrescos y un curioso coctel llamado “dame otro”,  que vete tú a saber cuál sería su composición o ingrediente secreto para hacerle justicia a tan clarificador nombre. Posiblemente algún cliente de estas mesas ojearía las siempre interesantes crónicas que venían de la prensa de Madrid. Entre ellas  destacaba ese día la información proporcionada por  el diario “El Debate” sobre  la estadística de divorcios en el país después de 20 meses de  puesta en marcha la nueva ley.  Seguro  que más de uno asentiría con preocupación al leer el comentario del periódico: “ Lo que no dicen las estadísticas y es lastima son los daños irreparables que causan estos divorcios, que además producen la ruina del alma, algo que no borran ni el Estado, ni los cónyuges, ni los abogados, ni los pseudofilosofos”.
 

Era viernes, verano y la gente planificaba que hacer ese fin de semana. Algunos querían ir a ver esa noche a Pilar Harley, “bailarina y canzonetista”  que actuaba por primera vez en Lugo en el Gran Café Bar Mercantil, mientras que otros preferirían ir al Café Bar Unión a ver a  Jossete Pans, también “bailarina y canzonetista internacional”  y Charles Tayler, un espectáculo que según la publicidad del local “nadie iba a dejar de ver y era completamente moral”. Pero seguro que todos iban a ir esos días al  Teatro Circulo que tenía previsto proyectar  la película “el billete premiado” con Leo Carrillo  de actriz principal y que aseguraban era  “una locura de comicidad llevada a la pantalla”.
Pero el hombre propone y Dios o el Diablo disponen y ese fin de semana sería diferente a todos los demás que habían conocido.  Los vecinos de Lugo en esos momentos eran ajenos a lo que estaba ocurriendo en la lejana ciudad de Melilla donde la guarnición militar allí destinada  se había sublevado contra el legítimo gobierno republicano.
Los lucenses  que nada sabían de eso, al cabo del día  se fueron a dormir tranquilos mientras en Las Palmas de Gran Canaria  el General Franco era  avisado a las 4 de la mañana de éxito  de la sublevación. El 18 temprano embarcó  a su familia rumbo a  Francia por si venían mal dadas y después,  vestido  de paisano y con el bigotito afeitado “para pasar más desapercibido” volaría en el Dragón Rapide hasta Tetuán para ponerse al frente de las tropas sublevadas.
 

Y ya nada volvió a ser lo mismo. Lo que todo el mundo pensó que sería cosa de unos días se convirtió en una cruel guerra de tres años con cientos de miles de muertos. Ese día se abrieron las puertas del infierno y salieron todos los malos demonios que muchos españoles llevaban dentro desencadenándose una salvaje represión, que en el bando de los vencedores se prolongaría durante muchos años  después de la guerra
Nadie podía imaginar en esos cálidos días de Julio del 36, no sólo la guerra sino la dura postguerra, los años del hambre, del frío y del miedo que estaban por  venir. Nadie jamás pensó en ese momento que ese  generalito de voz atiplada,  bajito y rechoncho del Ferrol se iba a convertir en el férreo dictador que fue durante los siguientes cuarenta años. Pero así desgraciadamente ocurrió
Aquilino González Álvarez