martes, 23 de diciembre de 2014

Tregua de Navidad


Es verdad que no puedo decir que yo sea una de esas personas que viven y disfrutan la Navidad con una intensidad o emoción especial pero tampoco estoy en el grupo contrario, el de aquellos que dicen odiar la Navidad. Las vivo según vienen, como cualquier  otra época del año, aunque bien es verdad que por ejemplo  me llenan  muchísimo más los primeros días de la primavera,  cuando la naturaleza y la vida  se abren  de nuevo  camino después del largo invierno.

Lejos de la fiebre consumista de estos días, de los buenos deseos de paz y amor que todos nos intercambiamos  y de la alegría más o menos generalizada de la gente,  hubo un tiempo y un lugar donde el espíritu de la Navidad, al que se añoraba pero nadie esperaba,  se manifestó como muy pocas veces había ocurrido. Fue algo milagroso que marcó a las personas que lo vivieron para toda su vida. Ocurrió hace justo 100 años en los campos de Flandes, en Bélgica durante la Primera Guerra Mundial.

24 de diciembre de 1914. Meses después del asesinato de Sarajevo el mundo estaba descubriendo la locura de esta nueva guerra,  que superaba infinitamente todo el horror y el dolor que los seres humanos podían concebir. Cerca de Ypres   Cansados y helados de frío  jóvenes ingleses y franceses se enfrentaban contra alemanes y turcos en una interminable guerra de trincheras
 

 

La noche era gélida, había caído una densa nevada  y empezaba a helar, una fuerte ventisca azotaba la llanura haciendo que el ulular del viento se oyera con intensidad, mucho más esa noche en que parece ser que tanto la artillería de un lado como la del otro permanecía  en silencio

El pensamiento de los soldados estaba muy lejos de allí, en sus hogares, añorando a sus mujeres, familias y amigos. La melancolía se adueñaba de las trincheras, parecía que esa Nochebuena iba a ser la peor de sus vidas.

En el silencio de la noche  se empezó a escuchar el célebre villancico “Noche de Paz”, lo estaban entonando soldados alemanes y  sus voces llegaban claramente a las trincheras inglesas donde de manera espontanea también lo empezaron a cantar.

Los ingleses  por su parte les pidieron a los alemanes que salieran  de sus refugios hacia la “tierra de nadie”, prometiéndoles que no se abriría fuego. Y así fue como comenzó a gestarse el milagro de aquella Navidad, cuando sobre el hielo de aquella llanura belga, con la emoción del momento pero también con la tensión ante lo que pudiera ocurrir, ingleses, franceses y alemanes empezaron a saludarse y estrechar sus manos.
 

 

Comenzaron  a intercambiar cigarrillos y chocolate, a hablar y mostrarse fotos de sus respectivas familias mientras la noche avanzaba. También se tomaron decisiones como la de enterrar a sus muertos y asistieron conjuntamente a oficios religiosos de ambos bandos

La mañana del 25 amaneció fría pero soleada. Un soldado escocés apareció  con un balón de futbol y en poco rato, sobre aquel manto helado que era la  “tierra de nadie” se delimitó un campo donde una sucesión de cascos amontonados unos sobre otros a modo de postes señalaban las porterías.
 

Enemigos que el día anterior intentaban matarse unos a otros disputaron un partido de futbol donde todo el mundo respeto las reglas y no hizo falta árbitro. Ganaron 3-2 los alemanes.

Luego, cuando los altos oficiales empezaron a enterarse de lo que estaba ocurriendo en ese sector obligaron a los hombres a volver a las trincheras e incluso cambiaron su ubicación en la línea del frente, sabedores de que  pudiera ser que no fueran capaces de volver a disparar sobre esos enemigos con los que habían compartido esa Nochebuena.

Fue un verdadero milagro de la Navidad.

Recientemente un spot de una marca de chocolates inglesa que ya se consumía en aquel tiempo recupero este acontecimiento. Aquí está el enlace


FELIZ NAVIDAD

Quili

 

miércoles, 10 de diciembre de 2014

Celebración de una ciudad sin límites


Me gustó mucho este titular de “El Progreso”, pues resume perfectamente la filosofía de ciudad ideal  por la que llevamos  trabajando un grupo de personas desde hace mucho tiempo. Año tras año hemos ido viendo la transformación de la ciudad, constatando  como todo ese  trabajo de lucha o concienciación que nosotros desarrollamos fue teniendo sus frutos. Hemos asistido a la metamorfosis de la vieja “Lucus Augusti” que, poco a poco, ha pasado  de ser una ciudad tremendamente  hostil para los que nos movemos sobre ruedas,  a convertirse  en aquella urbe que añorábamos y soñábamos, porque sinceramente  pensar que llegaríamos a la situación actual era un sueño, un sueño que en aquel momento podría considerarse incluso muy utópico. Eso no quiere decir que este todo el pescado vendido, ¡¡claro que no!!  Todavía quedan barreras que eliminar y rampas que mejorar, pero  los mimbres de ese sueño están  sólidamente asentados,  el camino a seguir muy bien trazado y lo que es más importante ..Ya no hay marcha atrás.
 
 
 

El Circulo de las Artes es uno de los edificios emblemáticos que tiene Lugo, no sólo por sus características arquitectónicas, si no porque a lo largo de sus 116 años de historia ha sido uno de los principales baluartes de la vida cultural y social de la ciudad.  Su accesibilidad era una  vieja  demanda, no sólo de  sus socios, muchos de ellos mayores,  si no de todas las personas con movilidad reducida de la ciudad. Al final su resolución se demoro más de lo previsto por cuestiones arqueológicas pero ya lleva unos meses libre de barreras.
 
 
 
 
Nada mejor que una Gala con actuaciones musicales para celebrarlo, por cierto,  muy bien organizada por mis compañeras de Auxilia y con bastante asistencia de público.
 Yo reconozco que cuando entré me sentí  completamente desubicado, subiendo y bajando por el ascensor sin saber muy bien donde parar. Cuando al fin acertamos con el piso correcto,  y mira que sólo hay cuatro, no tenía claro porque puerta adentrarme para llegar  al Salón Regio.  Guió mis pasos el sonido de unas voces que provenían  del fondo de un pasillo, eran las de los organizadores ultimando todos los preparativos.
 
 
Y cuando llegue, expectante,  al Salón Regio  recorrí  con mi vista todo la estancia, escudriñe todos y cada uno de sus rincones y  la confusión que había tenido hasta llegar allí desapareció. Por unos instantes mi mente viajo 25 años atrás  visualizando, con una mirada mucho más joven  ese salón  lleno de gente bailando y riendo, de corrillos de amigos  abrazándose tirándose confeti y  recibiendo  un año nuevo que seguramente pensaban que sería el mejor de sus vidas. 
Vi muchas  caras conocidas agazapadas, entre las mesas tras las columnatas laterales  guiñándome complicemente un ojo mientras alzaban su copa hacia mí  una víspera de Reyes o tal vez de San Froilán. Al volver la mirada hacia la  entrada principal me tope con un singular desfile de mascaras y disfraces  entrando al compas de ritmos caribeños en la sala. Me vi yo entre ellos con indumentaria indefinida,  mientras la gente nos abría un amplio pasillo en una noche  mágica como tantas otras noches de aquellos abarrotados Martes de carnaval  o Jueves de Comadres que han visto  esas paredes.

Si,  el Circulo de las Artes forma parte de la vida de muchos lucenses…….de la mía también.

Quili


 
 

 

miércoles, 3 de diciembre de 2014

Futuro recortado

Este artículo fue publicado por el diario "el Progreso de Lugo" hoy 3 de Diciembre, día internacional de la discapacidad.



Cuando tienes una discapacidad, sobre todo si esta es severa, necesitas generar ilusiones y marcarte las metas y  los objetivos  que se deben superar para  poder  llegar a desarrollar  el proyecto de vida  que cada uno ha elegido, de la manera más plena y digna posible. Sin embargo estos planteamientos pueden llegar a considerarse utópicos en el momento social que estamos viviendo, y eso ocurre cuando  constatamos que el optimismo que teníamos hace algunos años respecto a  un futuro mejor se ha ido difuminando poco a poco, como si el manto de una  espesas niebla se tragara mes a mes todas aquellas  luces en las que habíamos depositado nuestras esperanzas.

 ¿Que futuro podemos esperar  las personas discapacitadas dependientes si seguimos asistiendo a la desmantelación encubierta de un sistema,  que fue creado precisamente para mejorar nuestra calidad de vida?.  Mientras contemplamos como  nuestros políticos hacen encajes de bolillos con los datos estadísticos de los dependientes,  con el fin de presentarnos un despliegue de servicios  prestados que ni ellos  mismos se creen,  la diaria realidad se impone por la base del la estructura,  donde  los órganos de valoración de la dependencia  con sus técnicos ejerciendo de  Merlines del siglo XXI , siguen utilizando criterios ciertamente enigmáticos en sus dictámenes,  presuponiendo variopintas capacidades atléticas o habilidosas a muchos de los solicitantes, lo que redunda en una valoración final de su dependencia  bastante más baja de la real con el  consecuente menor gasto a desembolsar  por la administración  y ahorro para el sistema.

 Es muy importante  haber tenido una justa valoración para poder optar a la asistencia personal.  Esta figura es fundamental si queremos desarrollar ese proyecto de vida plena  y normalizada que todos deseamos.  Su función va mucho  lejos que la mera asistencia a domicilio.  Se trata de tener al  lado a una persona que nos apoye en  todas las actividades de la vida diaria, desde ayudarnos a poner una chaqueta hasta realizar gestiones administrativas con nosotros. La presencia de este asistente facilitaría nuestra  autonomía  así como la permanecía en el propio domicilio o entorno elegido.

Actualmente se benefician principalmente de esta prestación  las personas  dependientes  que están estudiando o trabajando, y las excepciones que pueda haber están supeditas al copago correspondiente.  Son pocos los discapacitados que una vez acabada la enseñanza obligatoria continúan sus estudios pero son muchísimos menos los  pueden presumir de tener un empleo estable,  puesto que somos un colectivo  con una tasa de paro superior al 60 % .

Teniendo como problemas de base la casi nula accesibilidad a muchas empresas  y  las dificultades en la utilización del transporte público adaptado, el trabajo que existe se define además por su precariedad y escasa duración  lo que hace muy difícil poder cumplir con los requisitos que pide la Conselleria de Bienestar para optar a la asistencia personal. Por otro lado estamos hablando de personas  que tienen ingresos mínimos, con pensiones no contributivas,  viviendo en unidades familiares que en muchos casos rozan el umbral de la pobreza y que no pueden soportar más esfuerzos económicos.  Todo eso explica que a mitad de este año sólo hubiera alrededor de 85 asistentes personales para toda Galicia.

Necesitamos que la figura del asistente personal  se potencie y se asiente entre nosotros, pero no limitándolo tal y como se está haciendo ahora,  porque la vida, obviamente, también  se desarrolla más allá de los ámbitos académicos o laborales. Esta prestación puede hacernos recuperar derechos actualmente perdidos y convertirse en la piedra angular sobre la que realizar nuestro proyecto vital.  Al mismo tiempo se debe caminar a la plena autogestión del servicio  por la persona discapacitada, sin tener que recurrir a organizaciones intermediarias.

Pero para todo esto se necesita que las administraciones  prioricen el gasto social poniendo punto y final a esa ciclogénesis de recortes que tanto nos ha machacado estos últimos años.  Financiación  que también se necesita para seguir eliminando barreras arquitectónicas, algo esencial para poder desenvolvernos libremente  y estar activos  en la sociedad. No debemos  pensar que ya podemos echarnos a dormir el sueño de los justos por que todo está hecho. Se ha avanzado muchísimo, nuestra ciudad es un ejemplo de ello, pero está claro que   todavía queda bastante trabajo por realizar.

Aquilino González

 

sábado, 8 de noviembre de 2014

II Jornadas de accesibilidad al Patrimonio Monumental

 

Ayer presentamos  mis compañeros de Auxilia Lugo y yo en el Concello de Lugo la II Jornada de accesibilidad al Patrimonio Monumental y promoción del turismo accesible que se desarrollará el día 14 de Noviembre en el Museo provincial de Lugo. El año pasado fueron un éxito y esperemos que este año también tengan una importante repercusión.
 


 
Porque tenemos que seguir hablando de accesibilidad al patrimonio puesto que  contrariamente a lo que muchos puedan pensar estamos a años luz de poder disfrutar de toda esa riqueza cultural de una manera normalizada.

El Patrimonio es el gran legado cultural y artístico que nos ha sido transmitido por nuestros antepasados para que velemos por él  y se lo trasmitamos a sus vez a las generaciones venideras. Y lo que tenemos que hacer es trabajar para conseguir  poder transmitirlo con un gran valor añadido,  que lo torne en verdaderamente universal: Su accesibilidad. Que nadie,  independientemente de sus capacidades o limitaciones de movimiento se tenga que quedar a las puertas de un bien histórico por no poder acceder a él.

A día de hoy  puedo afirmar sin estadísticas oficiales en la mano, sólo basándome en mi experiencia, que sería tremendamente generoso si considerase que el 25% de nuestro patrimonio es plenamente accesible. También debo decir que percibo un cambio en la mentalidad de todo ese ejército de técnicos de patrimonio de las distintas administraciones, que buscando su protección, hasta la fecha negaban cualquier actuación que hiciera los monumentos accesibles.  Creo que su visión lentamente va cambiando  y eso es algo que nos beneficia a todos.





 

Este año tenemos una ponencia que  viene de la Fundación María Cristina Massaveu Peterson ,  una entidad asturiana que tiene entre sus objetivos La promoción, difusión, conservación, recuperación y restauración del Patrimonio Histórico Español, de la Música y del Arte en general.”

Nos hablarán  del plan director que han elaborado para hacer accesible  la Santa iglesia Catedral de San Salvador de Oviedo. Es muy interesante porque se ocupan de dar soluciones de accesibilidad  a las necesidades de todos los colectivos con el máximo respeto al monumento y  a su entorno.

 

También y al igual que el año pasado se hablará de turismo accesible. Es verdad que en esto sí que estamos avanzando cada día más, por  poco que viajes te das cuenta de ello. ¿Qué todavía queda mucho pescado por vender?, pues si, por supuesto, pero es verdad que cada vez son más, los recursos turísticos accesibles que hay,   y no hablo de hoteles precisamente,  porque estos llevan ya algunos años ciñéndose a las distintas normativas. Hablo de propuestas como las que compartirán con nosotros los amigos, también asturianos, de la asociación para la promoción del turismo adaptado asturiano. APTAA .


Ellos se dedican a  promocionar el turismo accesible de Asturias y  las actividades multiaventura  adaptadas como por ejemplo  vuelo en ultraligero, sky alpino, senderismo, parapente etc.....Para gustos se pintan colores. A mi fijo que no me pilláis haciendo ultraligero....pero lo importante y lo que mola es que gracias a el trabajo de personas como estas tenemos posibilidad de hacerlo.

 

De todo esto hablaremos el próximo día 14 de Noviembre en el Museo provincial de Lugo a partir de las 10 de la mañana. Entrada libre hasta completar aforo

 Un saludo y feliz semana

Quili




 

viernes, 7 de noviembre de 2014

Las tardes del Central. Cuento

Bueno, pues al final parece que mi cuentecillo gano el certamen convocado por la Doctora Pozuelo del Hospital Nacional de Parapléjicos. Vaya por delante mi agradecimiento a todos los que lo votasteis ,  a todos mis compañeros de certamen por compartir sus relatos con nosotros y a María Ángeles Pozuelo por convocarlo.

 
 
LAS TARDES DEL CENTRAL
 


No era el más inteligente de los asiduos de aquella pintoresca calle, donde las voces de los comerciantes y tenderos de los viejos locales se entremezclaban con las de los turistas foráneos que últimamente, y cada vez con más frecuencia se dejaban caer por aquel rincón. No era el más guapo ni el más locuaz de los que por allí se asomaban cada día y sin embargo su presencia no pasaba inadvertida para nadie, tampoco su ausencia si algún día no se dejaba ver.
 
 Solía acercarse  por la barriada a primera hora de la tarde cuando el sol se retiraba de la terraza del café Central, donde se tomaba un cortado mientras veía como el bullir de la calle superaba la perezosa hora de la siesta.  Intercambiaba saludos, conversaciones y alguna que otra confidencia con los vecinos que hasta el café se acercaban. Lejos quedaba ya aquella mañana en la que por primera vez se había aventurado por la calle sintiendo las miradas curiosas y llenas de lastima de sus moradores.
 
Atrás quedaban también los primeros contactos con aquellos que lo percibían como una rara avis que se había colado en el barrio y que titubeantes y sin saber muy bien que decirle, ni cómo tratarle se acercaban a conocerlo.
 
El era una persona que conectaba muy fácilmente con la gente, de amena conversación donde  cualquier tema era bienvenido. Si había que hablar de política, pues se hablaba, que si tocaba futbol, no había problema, había carrete  para ello (eso sí,  siempre defendiendo que Casillas debía ser el portero  titular del Madrid) y cuando se iban agotando los temas tirar del tiempo contentaba a todo el mundo.
 
En unas semanas su buen rollo se había ganado al vecindario y  más de uno seguía  la estela de su silla de ruedas eléctrica, sabedor de que era un tipo interesante. El  Central, a la hora que Juan iba, acabo albergando a una curiosa tertulia, donde el siempre solía llevar la voz cantante.
 
 Fue entonces cuando él empezó a  hablarles de los viajes que había realizado antes de tener su lesión medular, experiencias muchas veces que rozaban la aventura y que le habían dejado múltiples anécdotas,  que cuando  las contaba,  siempre  mantenían al vecindario en vela. Como aquella vez que había cruzado América del Sur, desde la frontera mexicana hasta la lejana Patagonia, en vagones de tercera llenos de gallinas, narcos o  guerrilleros. O aquel otro en que alojándose en cabañas de pescadores y remontando el río Nilo en barca desde el delta hasta más allá de la primera catarata, cerca de la frontera de la vieja Nubia, había conocido el Egipto milenario de los antiguos faraones.
 
 A su lado siempre había una buena historia que oír, historias que normalmente se acababan enlazando con otras y que hacían que aquellas amenas tardes del Central se convirtieran en un bálsamo donde olvidar los problemas y las penas que aquellos vecinos pudieran tener.
 
Juan también les hablaba de futuros proyectos, les contaba que estaba en su ciudad de paso, intentando reponerse físicamente y económicamente para poder acometer futuras aventuras. Ellos le escuchaban con admiración a la vez que con pena. No por su condición física, ni por esa luminosa silla que se convertía en una prolongación de su cuerpo tetrapléjico, sino porque estaban convencidos de que así sería y que un buen día se marcharía,  y que  de esas tardes que tanto habían cambiado sus rutinarias vidas sólo quedaría el recuerdo,  que eso sí, seguro que mantendrían vivo entre todos.
 
Y un día se dieron cuenta de que ese era el día, porque durante  la mañana no escucharon en ningún momento el zumbido de la silla electrónica desplazándose por la calle o entre sus comercios. Luego, como  cada tarde, acudieron a la hora habitual al café Central, pero Juan no se presentó. Durante varios días siguieron acudiendo, con la falsa esperanza de que fueran contratiempos accidentales los que impedían que Juan no hubiera regresado por allí. Pero los días fueron pasando y las hojas del calendario cayendo hasta que definitivamente, los pocos que todavía iban se fueron haciendo a la idea de que Juan no volvería. Se había ido como había venido, de repente y en silencio, pero a cada uno de ellos les había dejado un vacío que tardarían en llenar.
 
Entonces fue cuando llego una carta al café Central, con una extraña dirección en el remite que no acertaban a ubicar. Al abrirla se encontraron con una foto de Juan muy abrigado en un andén de una vieja estación en medio de una estepa nevada, delante de un largo tren,  que parecía  que estaba a punto de iniciar su marcha.
 
 Detrás de la foto una escueta nota.:   En el transiberiano, dirección Vladivostok. Nos veremos de nuevo en el Central
 
Quili
 
 
 
 


jueves, 23 de octubre de 2014

Las tardes del Central






Un año más la doctora Pozuelo del Hospital Nacional de Parapléjicos convoca un concurso de relatos cortos. A mí la iniciativa me parece estupenda y aunque el año pasado no pude colaborar, este certamen si he podido hacerlo, pero por los pelos, pues llegué casi al terminar el plazo.  

Digo que es una buena iniciativa porque por un lado es muy terapéutica (o así lo veo yo) para todos aquellos pacientes que están todavía ingresados, luchando por adaptarse a esta nueva vida o como en mi caso, los que ya hemos salido hace muchos años del allí y convivimos cada día con nuestra discapacidad.

 Por otro lado yo también le veo un sentido terapéutico para aquellas personas que sin tener nada que ver con una lesión medular se detengan a leerlos por les acercara a nosotros, a nuestras vivencias, a nuestros miedos, anhelos o deseos.

Todos merecen la pena ser leídos, valorados y votados si os gustan.  Si queréis votarlos, al final de cada cuento, en los comentarios podéis hacerlo. Mi colaboración es el cuento 16 “Las tardes del Central”, que os copeo el enlace aquí

Pronto me pondré al día de nuevo con este, mi escurridizo blog…¡¡¡¡palabrita del niño Jesús!!!

Un saludo

Quili

domingo, 27 de julio de 2014

Annual. Verano de 1921


 
La ventaja de escribir en “mi” blog es que puedo escribir de lo que me venga en gana aunque no siga una línea temática concreta. Normalmente hablo sobre asuntos que me atañen personalmente,  pero de vez en cuando me gusta hablar de episodios de la historia que por alguna razón me han impresionado.

El tema de las guerras de España en Marruecos apenas se estudia en la enseñanza secundaría y son episodios prácticamente desconocidos para la mayoría de los españoles. Es como si un gran velo cubriera todos aquellos sucesos que tanto atormentaron a nuestros bisabuelos y que llevaron el luto a miles de hogares del país

En Julio de 1921 el país entero se conmocionó al conocer que trece mil soldados españoles habían perecido en las montañas y barrancos del Rif, en lo que posteriormente sería  conocido como “El desastre de Annual”, el gran descalabro del ejército español en Marruecos, posiblemente el episodio más dramático y vergonzoso de toda su historia.
 

 El acuerdo franco español de 1912 por el que los dos estados se repartían el territorio marroquí nos daba la posesión de un territorio árido  y hostil lleno de pedregales entre escarpadas montañas, que sin embargo si satisfacía a aquellos que tenían intereses en la riqueza de sus minas, y a los  militares “africanistas” que veían la ocasión de vengar la afrenta del 98, mientras se  cubrían de medallas y ascendían fácilmente.
 
 
 
Muy distinta era la opinión general de la sociedad española que estaba harta de mandar a sus hijos a luchar a África y entre la que eran muy populares canciones como esta:

En el barranco del Lobo

Hay una fuente que mana

Sangre de los españoles   

Que murieron por la Patria.

 

Pobrecitas madres

Cuánto llorarán     

al ver que sus hijos

a la guerra van.

 

     Ni se lava ni se peina       

                        Ni se pone la mantilla                         

Hasta que venga su novio

De la guerra de Melilla.

 

Pobrecitas madres…

 

Melilla ya no es Melilla

Melilla es un matadero

Donde van los españoles

A morir como corderos.

 

Pobrecitas madres…
 
 
 
 

Existía una corrupción generalizada en el ejercito de Marruecos, algo que denunciaría Indalecio Prieto en la Cortes señalando que “Melilla era un Lupanar y una ladronera”. Los reclutas españoles estaban mal vestidos, mal alimentados y  sobre todo muy desmotivados por su presencia allí. Muchos mandos trapicheaban con todo ese material que tendría que ir destinado a la tropa. Se llegaron a vender fusiles al propio enemigo, armas que luego se volverían contra los españoles.
 

El Comandante General de Melilla, el General Silvestre era un personaje singular, temerario y vehemente. Tenía como mando superior al Alto Comisario del Protectorado, el General Berenguer. Frente a ellos las Cábilas  (tribus) del Rif,  que se habían levantado bajo el mando del inteligente Abd el Krim. Bereberes acostumbrados a enfrentarse a la muerte, que luchaban contra el invasor de su tierra.
 

Durante el Invierno de 1921 Silvestre avanzó hacia el Oeste, su objetivo era Alhucemas y ocupar de una vez el Rif. Lo hizo de una forma insensata alargando excesivamente sus líneas de abastecimientos, sosteniéndose sobre destacamentos ubicados en más de cien “blocaos” muchas veces mal situados y con dificultades de aprovisionamiento.

Instaló su campamento en la llanura de Anual desde donde en Mayo ordenó la toma de la cima del monte  Abarran. Fue un error ya que era una posición que no podría socorrerse ni abastecerse en caso de ser atacada, como así ocurrió  horas después cuando los rifeños la recuperaron y masacraron a sus defensores.
 

El 21 de Julio la posición de la colina de Iguireben que protegía el campamento de Annual no puede resistir mas el asedio enemigo, su fin es épico. El último mensaje de su comandante fue: “Sólo quedan doce cargas de cañón, que empezaremos a disparar para rechazar el asalto. Contadlas, y al duodécimo disparo, fuego sobre nosotros, pues moros y españoles estaremos envueltos en la posición.”

 

Al día siguiente, viéndose completamente rodeados por los rifeños  Silvestre ordenó la retirada organizada hacía posiciones más seguras. Cuando empiezan a salir alguien gritó “sálvese quien pueda” y entonces es cuando desencadenó el  caos. Mientras Silvestre se pegaba un tiro en su tienda, el pánico se apoderaba  de oficiales que se quitaban las insignias para no ser reconocidos  y de soldados que arrojaban sus fusiles en una atropellada carrera. Son cazados sin piedad y muchos de ellos destripados y mutilados.
 

En pocas horas todas las posiciones  van cayendo en medio de la desbandada general. Izzumar, Ben Tieb, Drius etc. Una columna al mando del General Navarro se refugió en Monte Arruit y allí resistirá hasta el 9 de Agosto, fecha en la que serían asesinados sus tres mil defensores, después de traicionar los rifeños las condiciones de capitulación que habían pactado.
 

En apenas diez días los cadáveres de trece mil españoles quedarían insepultos  por  los secarrales del Rif. Se decía que a partir de segundo día los buitres sólo comían de comandante para arriba.
 

Pero también se vieron episodios de valor extremo aquellos días. De especial mención es el comportamiento de los jinetes del regimiento de Caballería de Alcántara que haciendo cargas suicidas hasta ser prácticamente aniquilados,  protegerían la retirada del torrente de fugitivos que venía de Annual. Impresiona ver la foto de sus cadáveres, en formación hasta el final.
 

España, sobrecogida por el dramatismo del desastre, clamaba pidiendo responsabilidades. El general Picasso se encargó de una investigación que podía comprometer directamente al Rey, al que algunos acusaban de “alentar” la irresponsable ofensiva de Silvestre, así como a Berenguer y a altos mandos del Ejército de Marruecos por su incompetencia o cobardía aquellos días. Pero cuando estaban a punto de ver la luz sus conclusiones, “casualmente” Primo de Rivera dio el golpe de Estado de 1923 dando carpetazo a todas las investigaciones, quedando impunes la mayoría de los responsables.

El desastre de Annual provocó una gran crisis social y política que no sólo tuvo como consecuencia directa  la implantación de la Dictadura del general Primo de Rivera,  además socavó enormemente la imagen de Alfonso XIII siendo uno de los motivos por los que perdió el apoyo del pueblo, lo que le haría tomar el camino del exilio en 1931.