sábado, 26 de enero de 2013

El cerrajero del Rey


Desde hace algunos años a  mogollón de gente le da por escribir novela histórica y eso está bien y  puede que, además de hacernos disfrutar de una buena narración, también sirva para despertar nuestro interés por ciertos  hechos del pasado.  Hasta aquí todo bien, lo que ocurre es que recurrir a acontecimientos, sucesos o personajes históricos,  enigmáticos, míticos o con “tirón” hace que la mitad de la novela ya este escrita. El autor entonces propone una historia que puede recrear un suceso real o inventar un relato dentro de un  marco cronológico o escénico previamente establecido…Esto hace que mucho escritor mediocre se apunte a lo fácil y vendible.  Bajo un titulo sugerente y una portada cuidadosamente elegida tratan de  colocarnos autenticas petardadas y encima a veinte o más euritos…¡la madre que los pario!.
Yo hace bastante tiempo que sólo suelo comprar libros relacionados con mi carrera. Primero porque si tengo que comprar todo lo que leo me tiran a gorrazos de casa y segundo: En  las paredes y estanterías de mi casa no hay espacio físico para más libros…(tendría que salir a gorrazos y encima carretando tomos), ¡para que luego digan que el saber no ocupa lugar!. Obviamente en las bibliotecas públicas ocupa menos que en tu casa y en ellas me refugiaba yo para leer todo lo que no compraba. Durante muchos años he acudido en semanal peregrinación y he deambulado sin rumbo concreto entre los pasillos llenos de libros, leyendo embobado cientos de títulos intentando discernir las aventuras, amores o intrigas que se esconderían entre sus páginas  y procurando  hacer buenas elecciones para al final  llevarme  para casa muchas obras geniales  , pero  también muchos bodrios.  (que de todo hay en la viña del señor…¡sobre todo bodrios!).  Ahora con el libro electrónico (bendito invento) voy menos a la biblioteca, pero es algo que me encanta hacer  y sigo haciendo.
No haber desembolsado pasta en esos libros me permite ejercer una máxima que marca todas mis lecturas. 40 páginas…nada más le doy de tregua a una nueva obra, si no entra, no entra  así la haya escrito el más laureado de los escritores. Tengo que sentir  algún tipo de atracción, emoción o  inquietud ante lo que leo, si no metafóricamente hago lo que en la realidad hacía mi admirado Francisco Umbral..¡A la piscina con el libro!

Por eso entre tanta novela mediocre me sorprendió gratamente el año pasado “ El cerrajero del Rey”, donde la autora de entrada,  la enmarca en el siglo XVIII durante el reinado de los primeros Borbones: Felipe V, Luis XI y Fernando VI. Es una época con la que muy pocos escritores se han atrevido, a lo mejor porque es bastante desconocida y “no vende”.  La guerra de Sucesión dejo un país inmerso en la ruina que se adentra en una nueva época que augura grandes cambios. Al lado de unos reyes débiles y de unas reinas ambiciosas hubo personajes fascinantes, políticos como el Marques de la Ensenada o artistas como Farinelli.  Donde la necesidad de fomentar el crecimiento económico y la instalación de fábricas de todos los géneros hace que entremos en dura competencia con Francia o Inglaterra  dando lugar a una autentica guerra sucia entre los estados donde surge con fuerza el espionaje industrial.
En definitiva creo que es una novela muy bien documentada, muy bien escrita y que engancha desde la primera página
Saludos
Quili



miércoles, 2 de enero de 2013

Empezamos nuevo año



Soy algo supersticioso con el número 3 aún sin tener mínimas nociones en “numerología”, un pseudoconocimiento   que viene a ser algo así como un cruce entre lo esotérico y la astrología, donde dicen que toda nuestra personalidad y persona está asociada a un determinado  número que marca nuestra vida. Nunca me he preocupado,  ni he tenido   ni reconozco tener el más mínimo interés por ese tema,  pero  sé que si que algún número  me asignaron ( ¡¡quién sabe si los dioses del Olimpo o los diablos del  Averno!!!) es el 3. Naci un día 3 y me accidenté un día 13  en un año acabado en 9 (o sea múltiplo de 3), y muchos de los hechos buenos o malos de mi existencia bailan al son de ese número.  En 2003 la verdad me fue muy bien,  ahora espero con prudente cautela y cierto acojone el próximo año. De momento tenemos la opción de comenzar a disfrutarlo después de haber burlado al destino que para nosotros habían previsto los Mayas este último mes.
Siempre que se empieza un año  proyectamos ilusiones, anhelos u objetivos  a realizar ese año. Desde el que va a dejar de fumar al que se propone hacer puenting,  pasando por cumplir con la gente con las que has quedado 50.000 veces a tomar café y nunca lo das tomado ( ….yo debo más de 50.000). Todos debemos marcarnos objetivos o  metas , mayores o menores, del tipo que sean pues eso nos da fuerza para encarar el año. Son como peldaños que vamos subiendo en la escalera de la vida. Es verdad que a veces damos  un traspiés y podemos caernos pero esas ilusiones son como las barandas de la escalera  a las cuales te puedes asir,  recuperarte, levantarte y seguir tu camino…..
Quili
Os dejo el enlace del viejo blog por si queréis visitarlo