martes, 13 de agosto de 2013

Cruzando el Ecuador


Hace no mucho tiempo mi amigo Horacio publicó un post en su blog "Desde las teclas" donde  reflexionaba sobre “la última vez” que hizo esto o lo otro antes de quedarse parapléjico . La verdad que a mi también me hizo reflexionar y pensar sobre aquellas “ultimas veces”, pero me he topado por un lado con la barrera de mi desastrosa memoria  y general despiste que siempre me acompaña (Los que me conocéis  sabéis, por ejemplo, que   incluso leyendo y disfrutando de un libro, cuando alguien me ha preguntado el autor del mismo mas de una vez y más de veinticuatro, no he sabido decirlo)

Pero además de la memoria está por el medio el mucho tiempo transcurrido desde aquellas” últimas veces” y es que por estas fechas serán ya  24 años los  que  llevo sobre ruedas. Además este año he cruzado una línea que hace 24 ni se me pasaba por la cabeza que  llegaría a cruzarla en mi situación física actual. Llevo más años de mi vida sobre ruedas que los que viví andando.

Los recuerdos , las situaciones, las vivencias de mi anterior vida vienen y van  danzando en mi cerebro, pero salvo algunos muy claros, el tiempo cada año los difumina un poco  más y cuando intento entrar en ellos  vienen a mí como flashes procedentes de  un fondo de claroscuros,  dentro de  una tenue neblina donde percibes pero no ves, pero que sientes que cada año se cierra un poco más dándome a veces la impresión de que toda mi vida ha estado unida a mi tetraplejia y mi silla siempre ha estado al lado de mi cama. Hace mucho tiempo que en mis sueños  profundos no me veo andando

Decía Horacio una situación de este tipo que te lleva a  tener que vivir una vida completamente distinta a la que anteriormente llevabas, como él bien comenta  “es como morir y renacer  de nuevo”, pero en otras circunstancias. Una nueva  vida que ninguno de nosotros pensamos alguna vez  que íbamos a tener que  afrontar , para la que no estábamos preparados y a la que nos hemos que tenido que acoplar cada uno con su particular ritmo para seguir adelante

Coincido con Horacio en  la distinta forma de valorar o ponderar  acciones, gestos o situaciones que antes ni se me pasaba por la cabeza pararme en ellas y que ahora cuando   las analizas,  siempre llegas a la conclusión de porque no las hice en su momento o como coño se me pudieron pasar por alto….muchas cosas que han quedado en el tintero y no se podrán ya recuperar , pero sin embargo también ha supuesto la oportunidad de poder retomar de forma más óptima nuevas vivencias, valorando muchísimo más cada instante de ellas

Pero así vinieron las cosas y como tal las he aceptado.  Decía Shakespeare que el destino baraja las cartas y nosotros jugamos. Yo pienso que la  vida es como un gran casino, donde se nos ofrecen múltiples oportunidades para enriquecernos, y obviamente  no me refiriero al tema económico. Enriquecerse en valores, sentimientos, cultura…¡tantísimas cosas! .

Creo que mi vida, hasta la fecha, está  dividida  en  dos cruciales  partidas de naipes. La primera la perdí por no haber sabido jugar bien mis cartas y la segunda después de unos inicios titubeantes la voy ganando, intentando  además de disfrutar  de cada mano que se baraja. Algunas cartas me han venido malas pero otras muy buenas y esas han sido en las que me he apoyado para salir adelante.

Creo que no voy a volver a caminar nunca, por lo menos en esta vida. En las otras, si las hubiese,  a lo mejor no es necesario ni andar ¡vaya usted a saber lo que hay después de la dichosa luz!.  La verdad es que a estas alturas de la película es lo que menos me preocupa. Hay secuelas derivadas de la lesión medular como pueden ser los espasmos o las infecciones que son lo que realmente debo intentar tener controlado. 
 

Pero para tener ilusiones o proyectos e intentar vivir una vida lo más digna posible no es necesario caminar, como tampoco lo es volar  ni montar en burro. Lo importante es que nuestro principal órgano, nuestro cerebro este abierto a  esos nuevos caminos, que los hay y muchos y  debemos aventurarnos por ellos.

Dicen que un hombre no debe pasar por la vida sin tener un hijo, plantar un árbol o escribir un libro.  Yo creo que eso me lo saltaré pues lo del hijo lo veo chungo. Para lo del libro, aunque nunca lo descartaré, primero debo pillar a esas despendoladas musas que se me esconden un día sí y otro también. Y finalmente lo del árbol eso creó lo cumpliré, siempre y cuando sean validos los que el jardinero me plantó en el jardín.

En síntesis y para no alargarme más: La vida da y quita y como decía Ortega: “el hombre es él y sus circunstancias”. Puede que flaqueé mi memoria recordando mi vida anterior pero alimento mi cerebro cada día con cosas que me gustaría hacer, lugares que me gustaría visitar…en definitiva proyectos que me encantaría realizar y eso junto al apoyo de los míos es lo que alimenta mi vida día a día

Quili