domingo, 11 de junio de 2017

Y por un rato se calzaron nuestras botas


Fue un   breve lapsus en su tiempo de andantes, pero suficiente para que todo aquel que se  animase, pudiera ponerse  en nuestra piel y experimentar una mínima parte de ese conjunto de sensaciones físicas y emocionales que nos acompaña cada día de nuestras vidas.
No era la primera vez que realizábamos algo así, a principios del nuevo milenio  le dimos una vuelta al entonces alcalde y algunos concejales  por calles céntricas pero vetadas para nosotros. Imposible olvidar aquel frío día de invierno con las primeras sombras del atardecer  y con el fiel orballo, esa lluvia fina y persistente tan nuestra, que se sumo a nuestro periplo . Los coches   y viandantes que por allí pasaban se quedaban atónitos al contemplar a esa  comitiva. Santa Compaña del siglo XXI, que  entre la bruma, descendía y elevaba a las autoridades locales por aceras que morían en abismos imposibles de franquear por un mortal rodante. Aquello cambio muchas cosas para nosotros en la ciudad, que comenzó a humanizarse y  a abrirnos  todas sus calles y avenidas.
 
El jueves hacia un día esplendido, el sol en lo alto auguraba una buena jornada. Las autoridades de turno asistieron puntuales a la cita y se dispusieron a enfrentarse al itinerario que habíamos planteado. Hubo que ayudarles más de una vez, pero es lógico, ya que aunque no tienen las limitaciones nuestras, carecen de la destreza, el hábito o la fuerza física que podemos tener los del gremio de personas con diversidad funcional.


Aun así fue demoledor para ellos  y para todo el público que luego por allí se acercó comprobar lo duro que es desplazarse por un pavimento adoquinado, superar una rampa algo pendiente,  o controlar una silla al bajar hacia un paso de peatones sin poder visualizar lo que pueda venir por la calzada, al estar el espacio próximo al cruce ocupado por furgonetas o coches.



Pero además de nuestro itinerario, la ONCE planteó el suyo, y si de la experiencia con las sillas salieron físicamente machacados, una vez que se pusieron sus antifaces o gafas de visión reducida sintieron un impacto emocional tremendo, donde a más de uno la angustia le atenazó



Para completar la actividad estaban los compañeros de ASORLU,  la asociación de sordos y los de de RAIOLAS Lugo, que trabajan con personas con autismo y que proporcionaron a los que se acercaron unos cascos que simulaban la sordera más absoluta, o en el caso de RAIOLAS la sensación de hipersensibilidad acústica que acompaña a muchos de sus usuarios.
 
Vivo en una ciudad maravillosa, rodeado de un rico patrimonio monumental , con un casco histórico muy amigable y accesible, pero quedan  tareas pendientes en algunos barrios y zonas de nuestra urbe  que necesitan que  eliminen obstáculos de sus calles.  Yo espero que al igual que ocurrió aquel lejano ya día de invierno, de nuevo haya calado el mensaje  alto y claro,  y que los políticos de turno, que son los que tienen la sartén por el mango, recuerden esta jornada a la hora de elaborar los presupuestos municipales.
Os dejo unas fotos

Quili






domingo, 4 de junio de 2017

Ponte nas miñas botas



El próximo día 8 de Junio, en colaboración con otras entidades, hemos organizado una jornada de Fomento de la Accesibilidad Universal, donde vamos a  intentar que las personas que se acerquen hasta la Plaza de la Soledad, epicentro de la actividad,  por un momento,  y  utilizando una silla de ruedas o un antifaz y bastón de ciegos, se puedan poner en nuestra piel y experimentar una pequeña parte de las sensaciones que nosotros , las personas con discapacidad, podemos experimentar cada día.
Lugo es una ciudad que en su casco histórico apenas tiene barreras, por eso no ha sido fácil seleccionar un itinerario con una cierta complejidad real, pero creo que el desplazamiento que se propone es completito y  resultara muy didáctico para los participantes.


Seguro que sentirán el tremendo esfuerzo físico que supone mover una silla por un terreno irregular, encarar  una rampa que aun viendo tan cerca su final, parece que no se acaba nunca. Estoy convencido que más de uno también sentirá confusión y un cierto aturdimiento desplazándose entre personas , que con la mirada puesta en el wasap de su móvil no los verán, y tendrán que esquivarlas si no se quieren dar un buen morrazo.  También estoy seguro de que el miedo puede atenazar a alguno de los participantes al cruzar un paso de peatones,  hasta llegar sentirse  sólo y muy frágil en la calzada.
Es una mínima muestra…..apenas unos minutos en los que intentaremos acercarles a un mundo completamente distinto, a una galaxia rodante que todos los andantes ven  o intentan ver mucho más lejana ……de lo que realmente está.
Quili

martes, 30 de mayo de 2017

De nuevo por aqui



Hace bastante tiempo, seguramente mucho, que no dejó unas líneas por aquí. Aunque ya sabemos que el concepto tiempo siempre es relativo y en lo referente a la comunicación pues  seguramente lo es más (según la predisposición del emisor y de la paciencia del receptor del discurso, texto, mensaje o post.) pero lo que es obvio es que no es muy recomendable, si uno quiere que se le lea, dejar pasar diecisiete meses entre post y post.

Con propósito de enmienda y dispuesto a sobreponerme a bajones y  vagancias varias,  que propician que el síndrome del folio en blanco pueda prolongarse no ya semestres si no incluso quinquenios, doy por inaugurada esta nueva etapa, corto la cinta,  y penetro de nuevo en mi portal,  cubil y refugio, donde al amparo de la luz de un viejo candil, intentaré acercaros de nuevo y principalmente las impresiones de mi vida rodante a lomos de mi incondicional y ya algo senil F55,  que aunque por su nombre, nuestro cerebro pueda situarla flanqueando la formación de un escuadrilla de los USA TOP GUN, cumple una función ciertamente más modesta pero mucho más vital.

Pero también me gustaría volver a   contaros viejas historias, algunas que todavía están impresas en la memoria de las calles de mi ciudad, otras guardan prudente silencio entre antiguas cabeceras de prensa y el resto, las más numerosas, seguro que todavía me siguen esperando, escondidas en las estanterías de cualquier biblioteca o entre los recuerdos y testimonios de mi gente.

Sea como sea…. De nuevo por aquí.

Quili