miércoles, 10 de diciembre de 2014

Celebración de una ciudad sin límites


Me gustó mucho este titular de “El Progreso”, pues resume perfectamente la filosofía de ciudad ideal  por la que llevamos  trabajando un grupo de personas desde hace mucho tiempo. Año tras año hemos ido viendo la transformación de la ciudad, constatando  como todo ese  trabajo de lucha o concienciación que nosotros desarrollamos fue teniendo sus frutos. Hemos asistido a la metamorfosis de la vieja “Lucus Augusti” que, poco a poco, ha pasado  de ser una ciudad tremendamente  hostil para los que nos movemos sobre ruedas,  a convertirse  en aquella urbe que añorábamos y soñábamos, porque sinceramente  pensar que llegaríamos a la situación actual era un sueño, un sueño que en aquel momento podría considerarse incluso muy utópico. Eso no quiere decir que este todo el pescado vendido, ¡¡claro que no!!  Todavía quedan barreras que eliminar y rampas que mejorar, pero  los mimbres de ese sueño están  sólidamente asentados,  el camino a seguir muy bien trazado y lo que es más importante ..Ya no hay marcha atrás.
 
 
 

El Circulo de las Artes es uno de los edificios emblemáticos que tiene Lugo, no sólo por sus características arquitectónicas, si no porque a lo largo de sus 116 años de historia ha sido uno de los principales baluartes de la vida cultural y social de la ciudad.  Su accesibilidad era una  vieja  demanda, no sólo de  sus socios, muchos de ellos mayores,  si no de todas las personas con movilidad reducida de la ciudad. Al final su resolución se demoro más de lo previsto por cuestiones arqueológicas pero ya lleva unos meses libre de barreras.
 
 
 
 
Nada mejor que una Gala con actuaciones musicales para celebrarlo, por cierto,  muy bien organizada por mis compañeras de Auxilia y con bastante asistencia de público.
 Yo reconozco que cuando entré me sentí  completamente desubicado, subiendo y bajando por el ascensor sin saber muy bien donde parar. Cuando al fin acertamos con el piso correcto,  y mira que sólo hay cuatro, no tenía claro porque puerta adentrarme para llegar  al Salón Regio.  Guió mis pasos el sonido de unas voces que provenían  del fondo de un pasillo, eran las de los organizadores ultimando todos los preparativos.
 
 
Y cuando llegue, expectante,  al Salón Regio  recorrí  con mi vista todo la estancia, escudriñe todos y cada uno de sus rincones y  la confusión que había tenido hasta llegar allí desapareció. Por unos instantes mi mente viajo 25 años atrás  visualizando, con una mirada mucho más joven  ese salón  lleno de gente bailando y riendo, de corrillos de amigos  abrazándose tirándose confeti y  recibiendo  un año nuevo que seguramente pensaban que sería el mejor de sus vidas. 
Vi muchas  caras conocidas agazapadas, entre las mesas tras las columnatas laterales  guiñándome complicemente un ojo mientras alzaban su copa hacia mí  una víspera de Reyes o tal vez de San Froilán. Al volver la mirada hacia la  entrada principal me tope con un singular desfile de mascaras y disfraces  entrando al compas de ritmos caribeños en la sala. Me vi yo entre ellos con indumentaria indefinida,  mientras la gente nos abría un amplio pasillo en una noche  mágica como tantas otras noches de aquellos abarrotados Martes de carnaval  o Jueves de Comadres que han visto  esas paredes.

Si,  el Circulo de las Artes forma parte de la vida de muchos lucenses…….de la mía también.

Quili


 
 

 

4 comentarios:

  1. Bien Quili!!! A ver si algún día voy pero a tocar ahí!!!
    Ahora en serio Quili, un orgullo para los lucenses y para todos los compañeros rodantes.
    Muchas gracias por tu trabajo.

    ResponderEliminar
  2. Gracias amigo...tengo ganas de veros. Un abrazo

    ResponderEliminar
  3. La verdad es que me gustaría seguirte más asiduamente pero apenas llego a todo. Me gusta las cosas que cuentas y cómo lo cuentas. No dejes de ampliar nuestro horizonte del conocimiento. Un abrazo, MªÁngeles

    ResponderEliminar
  4. Gracias Mariangeles. A ver si este año soy un poco más constante con el blog

    ResponderEliminar