El relojero de la Puerta del Sol
supongo que está en estos momentos haciendo las últimas comprobaciones para que
todas las ruedecillas, muelles y engranajes del reloj más famoso de España
funcionen correctamente y así el día 31 a las 12 como cada año desde que tengo
uso de razón y mientras discutimos si lo que suenan son los cuartos, los medios o los tres cuartos,
la campana del reloj inicie la cuenta
atrás que nos meterá en 2014.
Llegadas estas fechas siempre me
asalta una cierta incredulidad ¿pero ya paso el año?, y es verdad que los meses
vuelan, porque parece que fue ayer cuando comenzaba este 2013 preguntándome,
como todo el mundo, que sorpresas agradables o desagradables nos traería.
Reconozco que yo no las tenía todas conmigo, un año acabado en 13 me causaba
cierta congoja, es más reconozco que en algún momento incluso pensé que poco
menos que nos iba a traer de nuevo las 12 plagas bíblicas...o 13. En algún otro lugar
del blog ya comenté que el número que rige mi vida es el 3, para lo bueno y
para lo malo. Nací un día 3 en un año múltiplo
de 3 y me accidente un día 13 ( o tal vez nací por segunda vez).
Sea como fuere no esperaba nada
especial de 2013, más bien al contrario, se me había encendido una lucecita
roja de alerta en mi mente para tenerme emocionalmente preparado ante las
contingencias que estaban por venir.
Probablemente haciendo cábalas en
base a un determinado número, lo que estaba haciendo era el gilipollas, pero yo
al igual que los antiguos griegos creo que existe algún tipo de relación entre
los números, los seres vivos y las fuerzas físicas o espirituales, de ahí mis
desvelos.
Pero 2013 se fue imponiendo, las
infecciones urinarias que tanto machacan mi salud estaban así como calmadas, mi
familia se encontraba bien y mi ánimo sólo se alteraba por las noticias negativas
de esa prima nueva a la que nunca le habíamos prestado demasiada atención y que
sin embargo estaba disparada y agujereando todos nuestros bolsillos
También renegué mucho este año de
esa primavera de seis meses, donde cada día que salía de casa y miraba al
cielo, tenía como respuesta un manguerazo generoso de lluvia norteña que me
hacía preguntarme un día y otro…¿pero donde coño esta el sol?
Pero es sol también llegó ….y se
quedo mucho tiempo, y me bañe en él un día si y otro también. Después de varios
años sin viajar y como las infecciones seguían medio aletargadas, de nuevo
salimos a la carretera y cruzamos España de Oeste a Este y de Norte a Sur,
recuperando sensaciones añoradas y viviendo momentos muy felices…
Y todos los meses seguían
teniendo su día 3, 13 y 23, y no sé si me ocurrió algo digno de mención en
alguno de esos días, pero no debió ser nada importante, pues nada recuerdo.
Sin darnos cuenta nos plantamos con bastante pereza en un delicioso otoño que trajo de nuevo las primeras lluvias y vientos que
hicieron amarillear y caer de nuevo las hojas que nos anunciaban que en poco
tiempo, de nuevo, caminaríamos entre nieblas y vientos gélidos.
Y durante todo este tiempo yo
estuve bien, mi familia también, acomodándonos al paso de Solsticios y Equinoccios,
disfrutando de los días y completamente
olvidado de aquellos tenebrosos presagios que el juego de los números instaló
temporalmente en mi mente.
Ante un nuevo año, podemos hacer
proyectos, generar ilusiones, desear esto o lo otro. Y así es como debe ser y
no de otra manera. Si llegó a 2023, que toco madera y espero que así sea,
esperó también haber aprendido la lección y dejar las comeduras de coco por la numerología
en donde deben estar, en la estantería ,
entre Platón y Aristóteles, ¡¡que se coman ellos el tarro que yo ya me lo comí
bastante!!.
Y como digo….ante el próximo año,
¡¡generar ilusiones, esperanzas o deseos!!. El principal que tanto yo como mi
pareja, familia y todo nuestro entorno estemos bien…..y dentro de las ilusiones
un viaje pendiente y añorado desde hace muchos años
Feliz año a todo el mundo, salud
e ilusiones para todos vosotros.
Un abrazo
Quili
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