miércoles, 27 de noviembre de 2013

Arte Salvado

 

Ayer  en youtube tuve oportunidad de volver a ver el documental “Las cajas españolas” (copeo abajo el enlace). Donde se cuenta la historia del salvamento del Tesoro Artístico Nacional durante la Guerra Civil Española. Yo os recomiendo verlo porque haciéndolo y conociendo los hechos, de alguna forma estaréis rescatando del olvido en el que todavía permanecen para  la gran mayoría de españoles, ese grupo de personas  que con su impagable trabajo hicieron posible que hoy podamos seguir viendo los cuadros de Velázquez o Goya colgados del Museo del Prado.
Después de verlo me puse a rebuscar en mis archivos las fotos de un viaje de hace un par de años que me servirán de apoyo para contaros algo más de esta historia. Estábamos en Figueres, al lado de la Junquera y la frontera francesa. Nos habíamos quedado allí porque era un buen lugar desde el que moverse bien hacía Francia o bien hacía la costa, hacía Rosas y Caduques. Nos alojábamos en un hotel “low cost” que hay saliendo hacia Rosas. Hotel Sidorme, la habitación era algo pequeña pero no había problemas de accesibilidad y tenía aparcamiento propio y gratis….¡Que pena que este tipo de hoteles de bajo estén todavía tan poco extendidos por España!
 
 
Aprovechamos nuestra estancia en Figueres para subir al castillo de San Fernando que ubicado sobre la colina que domina la población constituyó un gran sistema defensivo ante las incursiones de nuestros vecinos franceses con los que tantos líos hemos tenido en épocas no muy lejanas.
 
 
 
Subimos y aparcamos el coche a escasos metros del acceso a la fortificación.  Dentro de ella sólo se puede recorrer sus patios pues no hay ningún itinerario accesible ni facilidades para visitar las distintas estancias.
 
 

 
Pero  la visita me deparó una agradable sorpresa, entre los patios me encontré con que  recalaba allí la exposición “Arte Salvado” que recorría las principales ciudades españolas y de la que yo tenía noticia por la prensa pero que ni por asomo me la esperaba encontrar en aquel momento en el castillo.
Esa exposición da a conocer la historia, la aventura…que corrieron nuestras principales obras de arte durante la guerra civil. Cuando las bombas empezaron a llover sobre el Madrid cercado de Noviembre de 1936 la alarma se disparo, al caer varias de ellas sobre el mismísimo Museo del Prado,  lo que dio lugar a que se pusiera en marcha un plan para evacuar ese tesoro artístico hacía un lugar más seguro. El gobierno republicano encargó esta tarea en un primer momento a Rafael Alberti y su esposa María Teresa León.
 


 
Las obras viajaron hacía Valencia. La consigna era que donde estuviera el gobierno, con el estaría el Tesoro Artístico Nacional. Allí estuvieron parapetadas en las Torres de Serrano, pero ante el avance de las tropas de Franco sobre la capital del Turia, el gobierno y el tesoro viajaron de nuevo, esta vez a Cataluña..al Ampurdán a pocos kilómetros de la frontera francesa. Se depositaron en varios lugares, uno de ellos el castillo de san Fernando en Figueres, El lugar donde yo me encontraba en esos momentos.
Los cuadros iban en camiones mal cubiertos, dentro de unas cajas y con un embalaje especialmente preparado para protegerlas. Aún así hubo grandes sobresaltos, como por ejemplo el desgarro que sufrió  el famoso cuadro de Goya de “La carga de los mamelucos”, al tropezar con un balcón cuando pasaba el convoy por Vinaroz, en Castellón.
 

 
Azaña decía que era más importante el tesoro del prado que la monarquía y la república juntas, púes podría haber más repúblicas en el futuro pero las obras del prado eran insustituibles.
 
La exposición era muy didáctica con textos, gráficos y fotos colocadas sobre replicas de las cajas que contenían las obras. De verdad que sentía una cierta congoja  ante cada foto que contemplaba y más sabiendo que muchas de esas cajas habían estado guardadas y protegidas bajo el suelo que yo pisaba, en los sótanos del castillo. También tenía muy presente que allí abajo, en las caballerizas tuvo lugar la última reunión de las Cortes de la República Española.
 
 
Cuando crucé el patio de armas del castillo, una inmensa explanada flanqueada por los edificios que albergaban las compañías de tropas no fue difícil imaginar los impresionantes momentos que allí se vivieron antes de la última evacuación de las obras.
 
Las tropas franquistas acababan de tomar Barcelona y las carreteras que llevaban a Francia se llenaron de refugiados y soldados en desbandada que tenían que refugiarse continuamente en las cunetas por el ametrallamiento de la aviación de los nacionales. Mientras, en el castillo de Figueras un grupo de expertos europeos que habían creado un comité internacional para salvar el tesoro del Prado intentaba plasmar un acuerdo con las autoridades republicanas  para comenzar cuanto antes la evacuación.
Era la noche del 3 de Febrero de 1939 y reinaba una absoluta oscuridad en el castillo. A la luz de unas cerillas encendidas de dos en dos, un funcionario tecleaba en su máquina de escribir las clausulas de ese acuerdo. Fuera, el patio era un ir y venir de camiones y soldados que miraban al cielo con temor pues había luna llena y ya se estaba bombardeando la localidad. Las cerillas se acabaron y hubo que enfilar las luces de un coche sobre la ventana del despacho de la planta baja donde seguían intentando ponerse de acuerdo los representantes españoles e internacionales.
Una vez cerrado el acuerdo salieron al patio y sobre la capota de un coche iluminado por las luces de otro, se firmó el documento entre la República española y el Comité Internacional que se haría cargo en la frontera francesa de las obras y las trasladaría a Ginebra, a la sede de la Sociedad de Naciones. ¿Podéis imaginar la escena?...yo aquel día, en ese patio de armas del castillo lo hice y me pareció todavía más increíble de lo que hasta ese momento había pensado.
 


 
Esa misma noche del día 3 los camiones con las obras del Prado empezaron a salir hacía la frontera intentando evitar los bombardeos de los nacionales, que aún sabiendo que se estaba realizando la evacuación, no dejaron de atacar todas las carreteras a Francia con el gravísimo peligro que eso suponía para todos los convoyes.
Al cabo de varios días todos los camiones llegaron a Francia, algunos por pistas forestales que cruzaban los Pirineos. Incluso hubo uno que se averió a pocos kilómetros de la frontera y los que iban en él tuvieron que cargar con las cajas y así llegar hasta la frontera.
El Comité Internacional se hizo cargo del tesoro artístico y lo trasladaron a Suiza. De donde volvería meses después ya acabada la guerra y con Franco ya reconocido por los gobiernos europeos. El regreso fue muy complicado, evitando de nuevo bombardeos, esta vez los de los alemanes que acaban de invadir Francia en los primeros compases de la II guerra mundial
Es una deuda histórica la que el pueblo español tiene con todas aquellas personas que arriesgando incluso su vida salvaron nuestros Goyas, Velázquez etc….entre ellos un tío abuelo mío que conducía uno de esos camiones que cruzaron a Francia con su preciado tesoro y del que nada más volvió a saberse desde aquel momento.
Quili
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

1 comentario:

  1. Todo un Via Crucis o dos cadros! Se esta historia fora máis difundinda entre a poboación seguramente os miraríamos con outros ollos! Moi bo artigo!! Estela

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